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Foto del escritorKike

Dientes de dragón

Hace poco he tenido la suerte de leer "Dientes de dragón", la novela póstuma de Michael Crichton, que, al contrario de lo suele ocurrir en estos casos, ha tenido un éxito de crítica apabullante. Al parecer empezó a escribirse en 1974 aunque no fue publicada hasta 2017.


Se trata de una novela histórica ambientada en la célebre "guerra de los huesos" que enfrentó a finales del siglo XIX a los paleontólogos Othniel Charles Marsh y Edward Drinker Cope en una loca competición por ver quién encontraba mayor número de dinosaurios. El protagonista es, eso sí, un personaje de ficción, William Johnson, estudiante de Yale que, en sus locas aventuras en el oeste americano, deberá agudizar el ingenio y descubrir su valor.


Siempre me ha fascinado la historia de Marsh y Cope, como pasaron de ser buenos amigos a enemigos irreconciliables y como sus propios defectos y errores sirvieron para aportar tantísimo a la ciencia. Siempre me ha parecido tremendamente interesante ese primer periodo de la paleontología, cuando aún Darwin era cuestionado y cuando ni la geología podía imaginar cual era la edad real de la Tierra. El descubrimiento de los dinosaurios era visto como algo mágico, increíble, y el hecho de que todas las semanas apareciera una especie nueva (a cual más rara) debió causar en los científicos una sensación de maravilla solo comparable a la de un marinero que pisa un nuevo continente.


El libro no decepciona en absoluto. Es ágil y divertido, y Crichton sabe generar empatía hacia sus personajes. Sin embargo tanto el estudio de los dinosaurios (en general) como la "guerra de los huesos" (en particular) acaba quedando en un segundo plano. Muchas anécdotas son reales, sí, y el trasfondo histórico está muy bien investigado... pero lo cierto es que la mayor parte de la novela es pura ficción. Cosa que, supongo, era inevitable.


El estilo es impecable y todas las situaciones presentadas son perfectamente creíbles. Pero la segunda mitad del libro no puede evitar devenir en una serie de peripecias herederas del western clásico que recuerdan más a "Regreso al futuro III" que a un episodio de "Caminando entre dinosaurios". ¡Hasta aparece Wyatt Earp!


Supongo que para la mayor parte de los lectores este cambio de tono será bienvenido, pero, a mi, me deja un poquitín frío. ¡Que le vamos a hacer! ¡Adoro las bestias prehistóricas!


Se ha anunciado que la novela será adaptada en una miniserie que debería estrenarse ya el año que viene. Ya veremos. Me encantaría poder ver a dos grandes actores recreando la eterna rivalidad de Marsh y Cope, y que estas maravillosas historias llegasen al gran público de una vez por todas.


Imaginar un dinosaurio vivo siempre es un ejercicio estimulante. Desde hace más de cien años los hemos oído rugir y caminar en un buen número de relatos de aventuras. Pero también resultan fascinantes las vidas de aquellos que descubrieron su existencia. Los pioneros de la ciencia palentológica. Los cazadores de dragones.




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